Ubicada en plenas Sierras Chicas, la Estancia Candonga es un sitio asombroso por su historia, su paisaje y su patrimonio. Distintos hitos arquitectónicos son sin dudas un testimonio que nos conecta con los comienzos del siglo XVIII.
El pasado de este espacio data de los años en que tuvo máximo protagonismo el antiguo Camino Real, que en la etapa colonial era la principal vía de comunicación, transporte y comercio entre el Virreinato del Río de la Plata y el Alto Perú.
Candonga significa “mula de tiro” o “mula de carga” y hay distintas teorías sobre el origen de la palabra, habiendo quienes la asocian a los pueblos originarios y otros a la lengua de Castilla. Aunque, también se advierte su posible origen africano.
Y, aunque no era una estancia jesuítica, su importancia como sitio de paso y posta de mulas la conecta directamente con aquella aquella historia.
La “Estancia del Rosario de Santa Gertrudis”, su nombre original, “fue lugar de atención, de hospedaje, comida y cambio de mulas para las caravanas que se dirigían hacia el Cerro del Potosí y el Alto Perú”, destacan los actuales responsables de la parte privada de la estancia.
Desde 1994, quienes están a cargo de la misma han avanzado en recuperar el antiguo casco de la estancia, un antiguo molino, los viejos corrales del muladar y los dormitorios de la antigua casa-habitación.
Por su parte, la tradicional Capilla de Candonga está en manos de la Provincia, funciona como museo y es una pieza de altísimo valor patrimonial e histórico.