Sociales

Villa Allende jamás fue igual

Este posteo está escrito en primera persona por un vecino. Que como tantos de los que habitan esta, nuestra Villa, aquel 15 de febrero de 2015 salimos a intentar dar una mano, literal y simbólicamente. Muchos se inundaron, perdieron sus casas y sus pertenecías. Desde aquel día ya nada fue igual en Villa Allende, que […]

Este posteo está escrito en primera persona por un vecino. Que como tantos de los que habitan esta, nuestra Villa, aquel 15 de febrero de 2015 salimos a intentar dar una mano, literal y simbólicamente. Muchos se inundaron, perdieron sus casas y sus pertenecías. Desde aquel día ya nada fue igual en Villa Allende, que soportó los embates del arroyo Saldán como nunca se lo había visto.

Ni su tensa calma, ni la belleza de sus veras pudieron hacer olvidar aquellos llantos de angustia que aún hoy siguen haciendo eco en la memoria colectiva de muchos. No habrá casas ni puentes que reparen tanto dolor, pero si hubo, hay -y habrá- consciencia del lugar que ocupamos y del lugar que ocupó y ocupa nuestro arroyo en la vida cotidiana de todos los que habitamos la ciudad.

Hoy, a cinco años del día en que las Sierras Chicas cambiaron para siempre, el respeto con que tratamos y cuidamos la naturaleza, también cambió. Hoy somos una sociedad más responsable que, aun con diferencias, busca consensos básicos sobre el patrimonio natural y la relación con ese ecosistema.

Se hizo, aún quedan muchos pendientes, pero nada sustituye la memoria de aquellos que lo perdieron todo. El antídoto -hoy y siempre- es el recuerdo vivo de aquel día, con todo lo que eso implica.

15F, PROHIBIDO OLVIDAR.