Cultura

Casonas le dan a Villa Allende un aire distinguido y elegante

Una impronta de elegancia que conjuga la estética de un pasado lejano con rasgos de la posmodernidad. Son construcciones que recrean edificaciones europeas. Aquellas, que muchos inmigrantes guardaron en sus retinas al embarcar, intuyendo su destino: echar raíces en Argentina.  

Casonas, palacetes y hasta un castillo le dan a Villa Allende un aire distinguido. Una impronta de elegancia que conjuga la estética de un pasado lejano con rasgos de la posmodernidad. Son construcciones que recrean edificaciones europeas. Aquellas, que muchos inmigrantes guardaron en sus retinas al embarcar, intuyendo su destino: echar raíces en Argentina.

Las causas que motivaron este tipo de construcciones, en las que se fusionan diversos estilos como el gótico, neogótico, francés, romántico, moderno, oriental y hasta medieval, son varias. Una, la reminiscencia de los inmigrantes, que con el afán de sentirse más cerca de su tierra, concibieron obras similares para serenar la nostalgia.

Otro factor fue el clima seco, propicio e ideal para el tratamiento de enfermedades respiratorias. Numerosas familias se mudaban a esta región, para mejorar la salud de quienes padecían ese tipo de enfermedades.

Y por último, la llegada del ferrocarril que posibilitó el traslado de materiales originales traídos de Europa, como pisos, tejas y mármoles, entre otros.

Antonio Leal, un vecino “curioso” -como él se denomina-  recibió a InfoSierrasChicas en su casa donde atesora archivos, fotos, cuadros y escritos sobre la historia de la Villa, fundada en 1889 por los hermanos Allende.

Leal explica que la construcción de casonas de estilos y formas europeas responde a la necesidad de los inmigrantes de reflejar lo propio, de replicar aquí lo que dejaron en sus lugares de orígenes. De allí, que se encuentran construcciones gemelas. Ejemplo de ello es el chalet Bolgheri, situado sobre la calle Derqui. Se hizo en forma de réplica de una Villa Florentina Italiana del siglo XV. “Además encontraron mano de obra a disposición, capaz de interpretar lo encomendado en materia arquitectónica”, destaca Antonio.

La mayoría de estas casonas se  levantaban para ser utilizadas como casas de familia. El boom de ese tipo de construcción data de la década del `30, aunque a comienzos de siglo ya había edificaciones de esta naturaleza. La clase adinerada de Córdoba, familias aristócratas, hacían sus mansiones para el descanso. Villa Allende era próspera por el clima,  por la cercanía con la ciudad de Córdoba y por el tren que acortaba las distancias, llegando hasta Unquillo. Esa fue la idea original de la mayoría de los chalets.

El Chateau Milenium:

Dolores Russo, encargada de la atención del espacio Chateau Milenium se refirió también a la historia del palacete. “En un comienzo, a principio de siglo, las dos casonas (la bautizada hoy Milenium y la contigua llamada Villa Julia),  pertenecían a los hermanos Juan y Otilia Minetti, la usaban como estancia de verano. Luego se convirtió en residencia permanente, hasta que Juan le vendió a la congregación del Verbo Divino el palacete, transformándose en un Seminario. Así, fue pasando de mano en mano hasta que lo adquirió el dueño actual, quien, por el cambio de milenio, allá por 1999 lo denominó así”, explicó Dolores a InfoSierrasChicas.

Desde entonces se ha tratado de mantener intactas las aberturas, el mobiliario, las pinturas  originales,  (obras de arte que tienen más de 200 años) y toda la arquitectura de estilo francés que responde a la Belle Époque (periodo histórico 1890-1914 de Francia

caracterizado por la prosperidad económica y cultural anterior a la primera guerra mundial).

Hoy, la mansión está destinada a congresos, conferencias, seminarios, eventos empresariales y sociales como casamientos, quince años, desfiles de moda y recepciones de fin de año.

La obra de Ferrari:

Augusto César Ferrari nació en 1871 en San Possidonio provincia de Módena, Italia. Arquitecto, pintor y fotógrafo. Estudió arquitectura en la Universidad de Génova y en 1914 llegó a la Argentina donde realizó importantes pinturas en iglesias, además de hacer retratos y desnudos. Como arquitecto trabajó en Buenos Aires y en Córdoba.

Su obra en Villa Allende se desarrolló entre 1930 y 1940, si bien hay influencia del estilo italiano, el “planteo tipológico, el uso del color, las columnas salomónicas, arcos ojivales y ladrillos visto indican que su obra tiene una marca romántica ecléctica, sumado a los rasgos locales que le imprimieron identidad propia”, apuntan desde la municipalidad.

En la ciudad de Córdoba 

Se destacan: la Iglesia de “Los Capuchinos” en el corazón del barrio Nueva Córdoba, el colegio Nuestra Señora de la Merced y la Iglesia Nuestra Señora del Huerto.

En Río Cuarto

Iglesia San Francisco Solano.

En Villa Allende

La parroquia Nuestra Señora del Carmen: Su estilo es una revalorización del gótico europeo, aunque más sencillo y de menor magnitud. Similar a la arquitectura de la Iglesia de Los Capuchinos. La torre que alcanza los 28 metros de altura se realizó entre 1935 y 1936. Ferrari aprovechó las columnas de la antigua capilla y demolió las viejas paredes para realizar la nueva Iglesia.

El castillo San Possidonio: 

Construido entre 1932 y 1936. Le dio ese nombre en honor a su ciudad natal. Mantiene un diseño medieval y romántico. Se encuentra a 200 metros de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen.

Además de estas obras imponentes, sobresalen numerosas casas que diseñó y luego las vendió. Ellas son: Santa Teresita, El grillo, La Golondrina, La Cigarra, Arroyo Seco, La Calandria y San Francisco.

Villa Allende se ha extendido hacia todos los puntos cardinales, aún así,  basta con recorrerla para advertir ese aire señorial que aún conserva. En cada cuadra y en muchas esquinas se encuentran casonas, chalets, mansiones y palacetes destinados al arte y la cultura, a la realización de eventos sociales y convenciones. En  muchas otras hay oficinas y comercios de todo tipo.

Nota: Laura Campos