Empezó el festival, y no sólo se puede disfrutar de la grilla “de color y de coraje” sino que hay oportunidades para conocer la ciudad y sus alrededores.
Bodegas, pueblos históricos, maravillas naturales, arroyos, ríos, sierras, gastronomía. El menú es completísimo, porque tanto en Jesús María como hacia las Sierras Chicas o el Norte cordobés, hay mucho para descubrir.
Las opciones turísticas alrededor del Festival Nacional de Doma y Folklore de Jesús María, son inagotables.
SIERRAS CHICAS
Un ícono para visitar es la Reserva Hídrica Natural Parque de La Quebrada, en Río Ceballos. En el embalse del mismo nombre se pueden practicar senderismo, pesca y deportes náuticos como canotaje y windsurf. Pero muy cerca también están el Salto de La Estancita (Salsipuedes), la cascada Los Hornillos (Río Ceballos); el salto Cartagena (Agua de Oro), la Reserva Natural Hídrica y Recreativa Saldán Inchin (Saldán), el dique La Quebrada; el espejo de agua “Laguna Azul” (La Calera), Salvador Giménez en Estancia El Rosal, ideal para cabalgatas (Agua de Oro); el Córdoba Golf Club (Villa Allende) o el Camino del Cuadrado para los amantes del ciclismo.
En Río Ceballos se puede hacer senderismo hacia la Reserva Los Manantiales, un circuito que recorre parte de la reserva hídrica natural que tiene ese nombre, ubicada en las inmensidades del bosque chaqueño serrano. En Salsipuedes, el circuito “Ministalalo el Viejo” une tres de los principales atractivos de El Pueblito, comenzando con El Diquecito “San Jorge” –construido en 1978 para atraer a nuevos turistas–; el predio arqueológico “Los Morteros”, reconocido por sus restos óseos y morteros de cuarzo, y la gruta “Virgen del Valle”.
En Jesús María se puede visitar el Parque del Oeste, camino que forma parte de la Reserva Natural que se inauguró en septiembre del 2020. Pero el circuito cultural más visitado abarca tres de las cinco estancias construidas por la orden de los jesuitas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: las de Jesús María, Colonia Caroya y Santa Catalina.
También se suman muy cerca la histórica capilla de Candonga, todo un emblema de la región, y la Posta de Sinsacate, del Camino Real (Sinsacate); la Capilla Buffo (Unquillo); la Iglesia del Carmen / Ferrari (Villa Allende); la Capilla Vieja y el Molino Doble (La Calera); el Cristo Ñu Porá (Río Ceballos); o la Casa Museo Spilimbergo / Rivolta (Unquillo).
GASTRONOMÍA PARA DISFRUTAR
La gastronomía de las Sierras Chicas es realmente exquisita. Se destacan los jamones serranos, quesos y chacinados, parrillada, empanadas criollas y vinos.
Colonia Caroya alberga la historia y la actualidad de los vinos de Córdoba, paso obligado en la “Ruta del vino”. Podemos ver en sus distintos establecimientos la llegada de la vid a la región de la mano de los jesuitas; la mano de los inmigrantes se manifiesta en la elaboración de productos caseros y artesanales; y la actualidad se refleja en grandes y tecnológicas bodegas.
Se pueden visitar los establecimientos La Caroyense y Terra Camiare y los productores Chacra de Luna, Di Candi y Rosel.
